jueves, 8 de diciembre de 2011

SOMBRA, SOMBRA MÍA.

¿Acaso eres el ángel encargado de cuidarme?
¿Acaso el espectro de una anima que pena?



Córvido espanto que mis pasos sigues
incorpórea aparición, oscura, tenaz y silente
Sombra opaca de mis pensamientos tristes.
Compañera eterna de fortunas y fracasos.

Visión maligna de comportamiento esquivo,
que te ocultas de la luz avergonzada,
espanto testigo de mis pecados de antaño,
aparición maldita que mis besos imitabas.

Te quise perder de niño y jugando al escondite
me ocultaba en el armario de los recuerdos callados,
pero siempre me encontrabas imitando mi existencia.
Brincabas y corrías detrás de mi persona tercamente.
Espectro que en la escuela te sentaste a mi lado.

Imitación burda de mis pasos sobre el mundo.
Sombra callada, mudo testigo de aciertos y de yerros.
Lóbrego ser que con pasión besabas,
a la sombra inerme de aquella a quien yo amaba.

Aléjate de mí, déjame terminar solo los pasos que me quedan
No te quiero de acompañante en mi cortejo
Viajaré donde la luz no te permita,
esconderte jamás en parte alguna.

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